Esta vivienda, previa comprobación en laboratorio, de estar libre de cemento aluminoso por la época de construcción, se compró con la idea de reformar para alquilar. En este proyecto premiaba crear un ambiente impactante para potenciar el alquiler pero con un presupuesto rápido de rentabilizar.
La vivienda me enamoró desde el principio por su luz, estaba tan abandonado que tan solo necesitaba una buena actualización. La cocina, pequeña y mal distribuida, se diseñó con colores claros y cálidos y se amplió con una pequeña modificación del trazado de la pared donde poder encajar la nevera. Además se amplió la abertura para crear una cocina semi-americana que se pudiera independizar con una puerta corredera.
El suelo de tarima color roble se hizo contrastar con el blanco de las paredes y puertas potenciando la luz natural. El baño se diseñó jugando con el contraste y se optimizó con la eliminación del bidet y la colocación de una ducha. La instalación eléctrica, totalmente obsoleta, se mejoró con una ampliación del número de mecanismos y una estudiada iluminación.
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